Una de las discusiones a las que ha conducido el problema del abuso infantil es a cuestionar el celibato sacerdotal católico.
También se ha dicho que aquellos que ya abusan sexualmente de niños deliberadamente, ingresan en el clero católico para obtener un encubrimiento en una institución que se centra en el celibato y porque el clero puede tener un frecuente acceso a los niños.
De otro lado, observadores calculan que en el mundo existen alrededor de 130 mil sacerdotes católicos casados que no pueden ejercer por dicha razón.
José Rodríguez adelantó sus propios estudios con una muestra de 400 sacerdotes y revela entre cosas que el 60% de ellos mantiene relaciones sexuales.
De ser esto cierto, se pueden dar dos situaciones: aquellos con predisposición a abusar sexualmente de niños no necesariamente van a ingresar al clero católico, y quienes ya abusan sexualmente de niños, como grupo, tampoco específicamente deciden ingresar al clero católico, aunque parece probable que algunos abusadores de niños sí lograron acceder al sacerdocio católico como lo han hecho en el de otras denominaciones.
Consecuentemente, el eligir una profesión que requiere de celibato puede considerarse como una desventaja para el posible abusador de niños.
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